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José Luis López Sangil: Pasión en Dos Ruedas

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Siempre hemos creído que el deporte es una vía hacia vivencias muy especiales. No solo hablamos en términos competitivos y la satisfacción personal que puedes obtener cuando logras una meta o un objetivo. También está el hecho de permitirnos conocer a otros atletas y descubrir a las personas que están tras ese halo de disciplina y constancia. Es una forma de acceder a otras historias de vida, otros caminos recorridos, otras anécdotas. El deporte es aprendizaje a través de otras experiencias.

En este sentido, hemos tenido la suerte de coincidir un par de ocasiones con José Luis Lopez Sangil; un caballero de la ruta. José Luis es un apasionado de las dos ruedas. A los 37 años se inició en el ciclismo y ha cosechado una amplia experiencia competitiva en más de 20 años de vida ciclística.

Entre alguno de sus logros en categoría máster, tenemos:

  • 1er Lugar Campeonato Suroriental Venezuela MTB `98 / `99
  • 2do Lugar Campeonato Suroriental Venezuela MTB 2000
  • 3er Lugar Campeonato Suroriental Venezuela MTB 2001
  • 1er Lugar Vuelta a Margarita 2001
  • Posición 23 Vuelta a Colombia 2002
  • 2do Lugar Vuelta a Margarita 2002
  • 2do Lugar Campeonato Nacional Venezuela 2002
  • Posición 65 Vuelta a Colombia Máster 2003
  • 1er Lugar Ranking Nacional Ciclismo Ruta Venezuela 2011
  • 4to Lugar Campeonato Nacional MTB XC / XCM 2012

Hablamos un poco de ciclismo con José Luis López Sangil.

+T: ¿Cómo te inicias en la actividad deportiva y en qué disciplina?
JL: Yo nací en Caracas a principios de los 60 y nos mudamos a Margarita en el 73. ¡Te imaginarás la isla en esa época! Al principio me gustaba el baseball, pero no era algo que me apasionara en realidad; así que en el año 75 tuve un primer contacto con la bici. De hecho, fueron salidas muy esporádicas que hice durante algunos años. Nada formal. Salía con algunos amigos que se burlaban de mí y me sacaban de rueda con mucha facilidad.

En el año 80 comencé a trabajar en lo que era Suzuki de Margarita y debo decirte que me enganché enseguida con el mundo de las dos ruedas. Ese mismo año comencé a practicar motocross como hobby e inclusive le hacía la mecánica a mis propias motos. Me llamaba tanto la atención que ya en un año estaba compitiendo. De hecho participé en válidas estatales, regionales y nacionales hasta finales de los 80.

Ya en la década de los 90 me concentré en mi trabajo y dejé el motocross de lado. En esos años no hice nada en particular. Hacía algo de ciclismo pero de manera muy irregular y te puedo decir que hice hasta carreras de “peñeros” (1).

Del año 94 al 96 volví a participar en competencias de motocross en la categoría 125cc. Logré muchos trofeos y reconocimientos; sin embargo, de repente, le perdí el “feeling”, el gusto. Es como un desamor; tal y como puede pasar con una relación. Es como cuando dices “te quiero, pero no te amo”. Inclusive me pasa que cuando me pongo a arreglar y limpiar los trofeos, leo las placas y se vienen a mi mente muchos recuerdos de esa época. Venezuela era un país muy diferente y esa nostalgia a veces me entristece.

Así, en el 98 me inicié en el MTB. Quizás esa fue la época de oro del ciclismo de montaña en Venezuela y me atrevo a decir que la época más exitosa de los mountain bikers de la isla. Se hacían validas del circuito regional y nacional en muchas partes del país. Era muy normal ir a un campeonato suroriental y encontrarte con 500 a 600 ciclistas en todas las categorías.

Las válidas del campeonato suroriental se hacían en Nueva Esparta, Sucre, Bolívar, Monagas y Anzoátegui. ¡El nivel era altísimo! Te puedo decir que de Margarita salió gente como Rafael Garrido que ganó un Panamericano en MTB y participó en un mundial de la especialidad. La isla siempre tuvo mucho talento; gente como Rudy Rodríguez y Angelo Bellomo que llegaron a ser campeones nacionales, por citar a algunos.

“La bici representa un estado pleno de libertad; ese ir y venir entre horas, es la brisa que sientes sobre el rostro, es el calor del sol sobre tu tez, es el poder percibir la energía del entorno, la magia de escuchar tu pedaleo y el roce de las llantas sobre la carretera.”

+T: ¿Qué es lo que más te gusta del ciclismo?
JL: Me pones en un aprieto. Son muchas cosas. En primer lugar, para mí, la bicicleta es un instrumento extremadamente “democrático”. Bueno, quizás ese no sería el término; así que digamos que la bicicleta es extremadamente “plural”. Cuando hablo de pluralidad, me refiero al hecho que más allá del estatus socioeconómico, del material de tu bicicleta, de la calidad y costo de tu ropa y equipación; sobre la bici, todos somos iguales.

Hay muchos ciclistas humildes y de escasos recursos que tienen una calidad y un potencial increíble. Y en mi experiencia particular, el ciclismo es un deporte inclusivo (…) Simplemente la carretera pone a cada quien en su lugar, más allá de poseer una bici del último año y más allá de que tengas cambios electrónicos o mecánicos. Entonces podemos decir que la bici es un “vehículo” de pluralidad, inclusión e igualdad.

Por otra parte, la bici representa un estado pleno de libertad; ese ir y venir entre horas, es la brisa que sientes sobre el rostro, es el calor del sol sobre tu tez, es el poder percibir la energía del entorno, la magia de escuchar tu pedaleo y el roce de las llantas sobre la carretera. Todos estos pequeños detalles van llenando tu vida cotidiana. Por eso cada salida en bici es especial.

Después tienes el hecho que la bici y el ciclismo en general te permiten crecer como persona y ser más fuerte en el plano mental. Hay muchas situaciones durante el entrenamiento y la competición donde puedes sentirte abrumado y con miedo; puedes llegar a pensar que no eres capaz de soportar determinadas circunstancias; puedes estar tentado a rendirte y pensar en abandonar cualquier meta. Pero la realidad es que sobre la bicicleta aprendes a conocerte mejor. A tener un mejor criterio de lo fuerte que puedes llegar a ser, no solo física sino mentalmente. Y en ese contexto, la idea es trasladar esa aceptación de tu potencial a otros planos de la vida, para lograr un crecimiento pleno.

Finalmente, está el hecho de la movilidad. La bici te permite ir de un punto a otro y recorrer distancias relativamente importantes en cuestión de horas. Esto resulta muy difícil si pensamos en términos de otros deportes de propulsión humana. Más aún, la relación distancia/tiempo para la carrera o la natación – por citar algunos – es mucho menor que en el ciclismo. De esta forma, la bicicleta te permite conocer otros sitios y lugares.

+T: Entiendo que tu hijo también es un gran apasionado del ciclismo, ¿Cómo ha influido tu propia pasión por el ciclismo en el desarrollo deportivo de tu hijo José Luis?
JL: Fijate que yo nunca he estado de acuerdo con esos padres que tratan de satisfacer sus propios anhelos a través de sus hijos; o de llegar a ser – por intermedio de sus hijos – lo que no llegaron a ser ellos por su cuenta. Me explico; hay muchos padres que hubiesen querido ser futbolistas – por darte un ejemplo – terminan obligando a sus hijos a practicar fútbol. Además, terminan exigiendo a sus hijos más sacrificios de los que ellos mismos hicieron en sus años como deportistas. En lo personal, en el deporte hay que dejar abierta la puerta y que ellos decidan que es lo que realmente les gusta y lo que realmente disfrutan.

En el caso de Jose Luis, él vivió una etapa muy importante de mi desarrollo como ciclista en MTB. Así, mi hijo empezó haciendo bicicross y llegó a ser campeón nacional de esta disciplina. De hecho, llegó a competir con Jonathan “El Mosquito” Suárez quien fue campeón mundial de BMX modalidad “cruiser” en Victoria, Canadá en 2007. Después pasó a practicar ciclismo de ruta y MTB. Nunca lo presioné para que siguiera mis pasos o para que se decidiera por una disciplina específica dentro del ciclismo. En ese aspecto él ha sido libre de escoger lo que más le gusta.

Como anécdota te comento que en 2006, Jose Luis y yo tuvimos la dicha de competir como padre e hijo en la Vuelta Ciclista Internacional del Estado Sucre en Venezuela; un evento que reunía a varios ciclistas del país y a varios equipos internacionales invitados de Brasil, Chile y Colombia. Además, mi hijo llegó a formar parte de la selección de ciclismo de ruta de Anzoátegui.

+T: Por las referencias cronológicas que estás citando, imagino que viviste una etapa muy interesante del ciclismo de ruta en Venezuela. ¿Cómo viviste esa evolución y esos cambios en el ciclismo del país en esa época?
JL: Bueno, yo no hablaría en términos de evolución, pero para no caer en polémicas, te puedo comentar – por ejemplo – que la Vuelta al Táchira era un evento de categoría internacional. Era conocida como “La vuelta más grande de América” y de hecho, es un evento ciclístico que data de 1966 y es parte del circuito UCI americano. Al otorgar puntos del ranking UCI, a finales de los 90 venían las primeras alineaciones de equipos pro-continental de muy alto nivel como el Androni, el Bardiani o el Vini Fantini. También participaban equipos colombianos y de otros países.

En esa época era normal contar con la presencia de las selecciones nacionales de Panamá, Guatemala, Cuba y otros países que venían a foguearse en una Vuelta al Táchira que constaba de 14 etapas. Hoy en día apenas son 8 días de competición.

Definitivamente, la situación del país también ha tocado al ciclismo. Estos mismos eventos – que alguna vez fueron de gran categoría internacional – se ven también afectados por el problema de la infraestructura. Las carreteras están virtualmente destruidas en gran parte del territorio nacional, lo cual dificulta muchísimo la logística y la seguridad para los ciclistas. De hecho, sé de buenas fuentes que hay muchos equipos y clubes internacionales que ya no quieren venir porque las bicicletas y los materiales sufren mucho por la calidad de las carreteras.

Después debes tomar en cuenta el tema de la inseguridad, lo cual hace prácticamente inviable la participación de ciclistas internacionales en estos eventos. Ya ha pasado que han robado documentos y equipos deportivos a representaciones internacionales que vienen a competir aquí en Venezuela (2)(3).

Por otro lado, aquí había equipos de ciclismo muy importantes como Kino Táchira y Triple Gordo que desaparecieron por falta de patrocinio y por los altos costos de representación e inversión que implica un equipo de ciclismo. Inclusive los equipos estatales que siempre tuvieron un excelente nivel, también han desaparecido o se han desmantelado. Fíjate que entre 2006 y 2011, por ejemplo, el equipo de la Gobernación del Zulia ganó la Vuelta al Táchira en cinco oportunidades y el equipo de la Gobernación de Mérida, la ganó en 2015 con Jose Rujano.

Todos esos equipos ya no están operativos o prácticamente no participan en competición o no tienen una estructura organizacional definida o se han fusionado para poder asumir los compromisos con los corredores.

En un contexto particular, este año 2021, la Vuelta al Táchira incluyó a ciclistas categoría máster para poder completar al menos 150 corredores; cuando era un evento que en sus mejores tiempos, tenía participación de casi 200 atletas élite a nivel iberoamericano. 

De igual manera ha venido aconteciendo con la Vuelta a Venezuela. Por ejemplo en 2015, mi hijo participó en la Vuelta a Venezuela que arrancó en Margarita con dos etapas y estamos hablando de casi 160 ciclistas que compitieron en 10 etapas. Si no me equivoco, ya en 2020, la competición se limitó a 5 etapas y apenas participaron un poco más de 100 ciclistas.

Entonces creo que efectivamente, desde hace ya varios años, tenemos que hablar de involución y no de evolución con respeto al ciclismo de nuestro país.

“La situación es tan grave que prácticamente no hay semilleros de atletas infantiles y juveniles. Esto es en todas las disciplinas del ciclismo.”

+T: En esa percepción que tienes de la evolución del deporte, ¿Qué opinión te merece la dirigencia deportiva?
JL: Ese es un tema muy complejo porque la realidad escapa más allá de la voluntad de la dirigencia deportiva. Sin recursos, es muy difícil llevar al frente una federación o una asociación deportiva como ente regulador del ciclismo en la región, los estados o a nivel nacional.

Tradicionalmente la federación se ha concentrado más en el ciclismo de ruta, luego en la pista, luego en MTB y finalmente en el BMX. Pero en la práctica, hay muchos estados que no tienen establecido sus respectivas asociaciones estatales según la regulación de la Ley del Deporte vigente.

Entonces, no hay disponibilidad de recursos y lo peor es que sin la figura formal de una asociación estatal, tampoco puedes recurrir a patrocinio privado. ¡Tú sabes! ¿Cómo te presentas en una oficina de un espónsor para discutir un proyecto sin un comunicado formal en membrete de la asociación o la federación respectiva?

La situación es tan grave que prácticamente no hay semilleros de atletas infantiles y juveniles. Esto es en todas las disciplinas del ciclismo. Por ejemplo en Margarita, hay solo seis atletas en categoría juvenil. Eso te deja claro que no tenemos generación de relevo.

Después tenemos un gran problema de planificación. Y esto es fundamental. Por ejemplo, te puedo hablar del Clásico Batalla de Carabobo, que antiguamente era un evento de 4 etapas. Este año, la federación lo programó para los días 10 y 11 de julio. Además, se dijo que la fecha de inscripción límite sería el 8 de julio. Inclusive, la información salió publicada en algunos medios. ¡Pues nada! Hoy estamos a 20 de julio y te puedo decir que el clásico no se llevó a cabo. Lo buscas en Google y no aparece información al respecto; así que no sabes si se postergó, si se eliminó del calendario, no sabes nada.

Con este tema de planificación, lo mismo pasa con la Vuelta a Venezuela por ejemplo. Este evento se hace tradicionalmente entre julio y agosto; y apenas recién el 12 de junio pasado, la federación ha informado que el evento se realizará entre el 7 y el 14 de noviembre.

En el comunicado oficial han destacado que “los detalles correspondientes a las etapas se publicarán más adelante”. Solo se sabe que la etapa inaugural saldrá desde La Guaira en Vargas y la segunda etapa será en Caracas. Pienso que a estas alturas, todo lo que se refiere a etapas y logística debería estar bien definido para favorecer la planificación y el itinerario de los equipos y ciclistas participantes.

Ya para cerrar este punto que también tiene que ver con la pregunta anterior, fijate que en el país, hasta hace unos 6 años, el calendario ciclístico en ruta era muy amplio y había una serie de criterios y carreras clásicas. Por ejemplo: Clásico San José de Aguasay en Monagas; Clásico Nororiental en Maturín; Clásica en Honor de la Virgen del Valle en Quriquiere, Monagas; Clásico Oriental Ciudad de Barcelona en Anzoátegui; Clásico Gobernador del Estado Bolívar en Bolívar; Clásico Ciclístico Banfoandes y muchos otros. Todas estas carreras y eventos han desaparecido. 

+T: Cambiando de perspectiva, entiendo que has participado en la Vuelta a Colombia, en la Vuelta a Venezuela y en otros eventos de gran importancia dentro de lo que sería la categoría master. ¿Qué anécdotas interesantes recuerdas en estos más de 20 años de ciclismo?
JL: El ciclismo ha sido una parte fundamental de mi vida y créeme cuando te digo que no me refiero a anécdotas como tal, sino a historias de vida. Historias que me han servido para crecer y para formar mi carácter.

Por ejemplo, te puedo decir que en la Vuelta Internacional de Sucre del 2006, en una etapa con salida y llegada en Cariaco, que tenía la población de Guaca como punto intermedio, hubo muchísimos cambios de viento. En un momento del trayecto de regreso a Cariaco, se estaba rodando muy rápido y de pronto se formó un abanico por el viento muy fuerte. Los corredores empezaron a hacer cuneta y la verdad es que me tomó desprevenido. En pocos segundos perdí muchas posiciones y créeme que estaba sufriendo porque el lote no me daba espacio para entrar a resguardo. Venía perdiendo posiciones y de repente estoy al lado de Carles Torrent Tarrés, quien había ganado medalla de bronce en los JJOO de Atenas 2004 con la selección española en Persecución por Equipos. Fíjate que con su acento bien español me dijo: “¡Joder hombre! Entra allí que te van a sacar de punto”. Yo le dije que no llevaba y que venía mal (…) Al final me puso la mano en la espalda y me empujó con una fuerza que me pareció descomunal. Avancé con mucha velocidad por el impulso y el mismo Carles me abrió el espacio para entrar en el pelotón. 

La cosa no quedó allí; un par de días después, estando en Carúpano para la salida de la etapa que llegaba a Cumaná, se me acerca el mismo Carles, acompañado de Sergi Escobar (también medallista olímpico) y otros compañeros de la representación española y después de saludarme con mucha cordialidad, me preguntó: “Don José Luis, ¿será que nos podemos tomar una foto juntos?”.

La verdad es que estas son cosas que yo solo he visto en el ciclismo. Medallistas olímpicos consagrados y aún así, lo suficientemente humildes para compartir y para ayudar a otros atletas. En mi caso, imagino que les llamó la atención que yo, siendo categoría master, estuviese participando en esa vuelta y tuviese un rendimiento más que aceptable.

Pero no todo es felicidad en el ciclismo, o al menos, mi vida en el ciclismo no ha estado colmada de experiencias exclusivamente positivas. Te cuento que en 2002, fui a participar en la Vuelta a Colombia en categoría master. Para ese viaje, el amigo Joao Alves me hizo una nota de prensa en Noticaribe para Universo Deportivo. Pasaron los años y por cosas de la vida, coincidimos en una competencia de MTB en Puerto Ordaz. Te hablo de finales de noviembre del 2015. Ese día compartimos un buen rato mientras hacíamos el reconocimiento del circuito. Ya para terminar, nos acercamos hacia donde estaba mi hijo José Luis y otros chicos de Nueva Esparta. Mi hijo le hace la cordialidad a Joao y le pregunta “¿Cómo está todo?”. Y Joao le respondió: “¡Fino!” (…) Esas fueron sus últimas palabras. Infarto fulminante. Súbitamente, se desplomó frente a nuestros ojos y no pudimos hacer nada.

Paradójicamente un mes después, el 23 de diciembre, yo estaba entrando en la clínica La Arboleda para decirle a la señorita que estaba en el mostrador de ingresos: “Mire, soy deportista. Mis pulsaciones en reposo son 35 latidos por minuto. Tengo 54 años y estoy en situación de infarto”.

Para no entrar en detalles, mi caso tuvo que ver en parte con un tema hereditario. Al día siguiente me estaban haciendo un cateterismo y gracias a Dios, no tuve secuelas y pude seguir practicando ciclismo hasta el día de hoy.

+T: Muy interesantes todas esas experiencias y vivencias José Luis. En ese sentido y tomando en cuenta el aprendizaje en todos esos años, ¿Qué sugerencias puedes dejar a los aficionados del ciclismo que nos leen?
JL: Creo que lo fundamental es vivir uno mismo su propia evolución y crecimiento en el ciclismo. Además uno nunca deja de aprender. En mi caso, siempre estoy tratando de leer material sobre ciclismo. También la experiencia me ha servido de mucho. Y obviamente, lo que puede servir para mí, no tiene porque ser efectivo para otros.

Soy de la opinión – y no quiero que esto se tome como una recomendación médica – que siempre es bueno llevar encima una aspirina o un acetaminofen. Así como llevas tus recámaras para pinchazos y tus herramientas, nunca está de más llevar estos medicamentos.

También es importante planificar la nutrición en las sesiones de entrenamiento. En especial los fondos de larga duración. Cuando voy a rodar más de 5 horas, trato de desayunar un par de horas antes de salir. Me resulta muy bien prepararme 3 huevos a la plancha y unos 80 gramos de pasta. Ese es un desayuno ideal para mí, si el fondo está programado para más de 5 horas y si la intensidad es aeróbica (no más del 70% de tu FCMax). Además, me llevo un par de paquetes de galleta Maria que me caen muy bien.

En caso que el fondo sea más corto – entre 4 y 5 horas – prefiero desayunar bananas. Me bastan 3 o 4 bananas y por supuesto las galletas Maria durante el ejercicio. Lo más importante es que cada uno haga sus propias pruebas.  Aquí las posibilidades son muchas dependiendo de lo que puedas tolerar mejor. Y por supuesto siempre mantenerte bien hidratado.

+T: Y para los que aún no se inician en el deporte y están con dudas para empezar, ¿Qué les recomendarías?
JL: Es un hecho indudable que el ritmo de vida de hoy en día es frenético. Vivimos para trabajar y vamos dejando de lado esos pequeños espacios de tiempo que deberíamos tener para nosotros. Te hablo de una buena lectura, un momento de meditación o un simple paseo. Me refiero a esos momentos importantes y personales para “conversar con uno mismo”. En este sentido, pienso que el deporte – y ya no te hablo exclusivamente del ciclismo – es una buena oportunidad para retomar esos espacios de crecimiento personal.

Entonces para las personas que aún no se deciden por una actividad deportiva, extiendo mi palabra de apoyo; nunca es tarde para retomar cualquier actividad deportiva. No olvidemos que en el colegio, en general, todos practicamos alguna actividad deportiva; fútbol, volleyball, atletismo, etc. Por eso hablo de “retomar cualquier actividad deportiva”.

En esencia, el deporte es juego y diversión. Por eso es que las personas que aún mantienen una vida sedentaria, deberían escuchar a ese “niño interior”; que dejen fluir esa voz que dice “¡tú puedes!”. Además, a la larga, el deporte es una forma de esparcimiento y un medio para liberar el estrés y la carga de nuestra vida cotidiana. A todo esto debes sumar los beneficios fisiológicos y la mejora de tu salud.

En fin, integrar el deporte en nuestra vida es una idea de crecimiento integral y en ningún caso tiene porque implicar abandonar alguna de nuestras otras facetas. Te lo digo por mí; cuando me inicié en el MTB, tenía 37 años de edad. ¡Así que a dar el paso!

“Hay que reconocer tus propias fortalezas y debilidades. Y así tengas las debilidades y defectos que sean, el compromiso con el ciclismo no es negociable. En este deporte debe prevalecer la honestidad y la competición honrada.”

+T: Estás próximo a cumplir 60 años de edad y de esos, tienes más de 20 años como ciclista. A estas alturas, ¿Cómo vives el ciclismo? ¿Cómo es José Luis López Sangil el ciclista?
JL: La verdad que para mí, el ciclismo es una pasión. Es difícil explicarlo. Son muchos años y he vivido muchas cosas. Desde caídas y accidentes muy fuertes, hasta la felicidad de haber participado en competencias junto a mi hijo. ¡Yo he pasado por todo en el ciclismo!

Me ha tocado reclamar a ciclistas internacionales que en plena carrera van enganchados del vehículo auxiliar en un ascenso. Inclusive te puedo decir que perdí un campeonato suroriental de MTB – quedando en tercer lugar – por apenas 3 puntos, porque tuve que ausentarme de la última válida debido al fallecimiento de mi padre en 2001. Y voy más allá, en un campeonato nacional máster en 2002, llegué segundo y perdí el primer lugar por media rueda. A la postre, unos años después me enteré que esa persona que había ganado el primer lugar, corrió fuera de categoría. ¡Era una categoría más joven que yo! Hice el reclamo a la federación y lo que me respondieron es que el procedimiento era extemporáneo. Aún a pesar de todo lo malo, hoy en día sigo disfrutando del ciclismo, de las vivencias y de las personas que han llegado a mi vida a través del ciclismo.

Soy de los que valora un maillot de campeón nacional; y en ese sentido, si lo ganas, tienes que defenderlo y exhibirlo en otras competencias. Y no hablo de ganar o perder. Si pierdes dando tu mejor esfuerzo, no importa. Hay que reconocer tus propias fortalezas y debilidades. Y así tengas las debilidades y defectos que sean, el compromiso con el ciclismo no es negociable. En este deporte debe prevalecer la honestidad y la competición honrada. Así vivo el ciclismo y así me veo como ciclista.

+T: Finalmente, cuéntanos ¿Cuál es tu próximo reto? ¿Y cómo te preparas?
JL: No tengo nada competitivo en mente por lo que queda de año. Tú sabes que la pandemia terminó de alterar el escaso calendario de competiciones. Sin embargo, te comento que en septiembre aquí en la isla se hace una especie de gran fondo de ciclismo en honor a la Virgen del Valle cuyo recorrido es de 200Km. Este es un evento no competitivo que organiza la gente de OnBike Margarita desde hace varios años.

Es muy interesante porque más allá de presentar un verdadero reto en la geografía insular, con humedad por encima de 80% y temperaturas superiores a los 32ºC; la gente se anima a participar por sus creencias y como muestra de fe hacia la Virgen. De verdad que es muy emotivo. Además participa gente de la ruta, del MTB, corredores avanzados, principiantes, triatletas, etc.

Lo cierto es que este año quiero terminar el reto con el grupo más aventajado. Te hablo de los corredores más fuertes de la isla. Y si bien es un hecho que el reto no se plantea como una competencia, para mí sería como una especie de barómetro para medir mi nivel en general porque el ritmo puede llegar a ser muy fuerte y además se requiere gran concentración a lo largo de 6 o 7 horas de ciclismo.

Con respecto al entrenamiento, para este fondo estoy trabajando con una estructura de 6 semanas de entrenamiento específico. Básicamente salgo a rodar de martes a domingo; dejando el lunes como día de descanso absoluto. Además, dentro de la estructura, tenemos 2 mesociclos de 3 semanas donde hacemos carga 2 semanas y descarga en la semana siguiente.

Después de tantos años, uno termina conociéndose muy bien. Es decir, ya uno sabe lo que mejor funciona. Obviamente todo ha sido un poco de ensayo y error a lo largo del tiempo. Por ejemplo, a mí el día de descanso me suele afectar. De hecho, es normal que el martes tenga menos estamina y menos disposición a la intensidad. Entonces después del día de descanso, preferimos hacer alguna progresión de trabajo en drafting con rotaciones largas y con esfuerzo acotado entre un 70 y un 75 % de tu máxima frecuencia (FCMax).

El miércoles hacemos una sesión de trabajo específico a alta intensidad. Tratamos de alternar trabajos que favorezcan tu umbral anaeróbico y también el desarrollo de la cadencia de carrera. Por ejemplo tenemos una secuencia de intervalos descendentes y también una secuencia de sprints cortos de 30 segundos que voy a compartir con todos los lectores(5). Otra alternativa para estos días de intensidad, dependiendo del ciclo de trabajo, sería hacer sesiones de potencia y/o ascensos.

El jueves nos enfocamos en trabajar con el grupo y por un poco más de tiempo. Tratamos de practicar nuestras técnicas de manejo en pelotón. Hacemos rotaciones muy cortas (de un minuto) tratando de mantener una intensidad lineal y que el pelotón se mueve de forma pareja y constante. Además tratamos de enfocarnos en guardar las normas de etiqueta y comunicación respectivas.

El viernes lo tomamos como descanso activo. Básicamente salimos en modo ciclo-paseo para hablar entre todos y comentar cualquier cosa de interés. Es un día para socializar.

Y el fin de semana hacemos los trabajos de fondo; donde el sábado buscamos una intensidad de carrera (entre 75 y 80 % de tu FCMax) y el domingo lo manejamos mucho más suave y sin cambios de ritmo.

No hay mucho más que eso porque ya son dos décadas haciendo trabajo de base aeróbica y el organismo está “preparado” para el entrenamiento específico.


  1. m. Ven. Bote pesquero sin cabina y de forma más fina en la proa, lo que le proporciona rapidez.
  2. https://www.esciclismo.com/actualidad/carretera/40691.html
  3. https://elestimulo.com/robaron-pasaportes-a-italianos-que-participaron-en-la-vuelta-al-tachira-2/
  4. Contra-Reloj Individual.
  5. Estas sesiones de entrenamiento están disponibles en nuestra área para miembros. Regístrate gratis y obtén acceso a todo nuestro material haciendo click aquí.
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